11 marzo 2011

Diabetes...

Nuestro asesor y maestro J.L.Padilla nos contó en varias oportunidades que hay genéricamente tres...-por resumir ¿eh?- tres tipos de diabetes...

  1. La diabetes juvenil, que es la mas severa, que aparece en los niños.
  2. La diabetes del adulto, también de insulina.
  3. Y la diabetes más ligera, que es la diabetes no insulino dependiente, que se puede regular con dieta y con algún antidiabético oral. “Tres tipos de diabetes”.

La gravedad de esta enfermedad, es mayor de lo que parece, y lo que ocurre es que ya se ha convertido en un huésped habitual, hasta el punto que incluso los mismos diabéticos no le prestan mucha atención. O sea, se ponen la insulina o lo que sea, pero como que ya, con la insulina hemos resuelto el problema...¡Y el problema no está resuelto, claro! Porque hay que ponerse tres pinchazos o dos, todos los días, y como la calidad de vida de ellos, en general, digo “en general” es buena, no hay una consciencia de ver si puede mejorar.





 Incluso, nuestro Asesor y Maestro J.L.Padilla nos ha contado, que en varias oportunidades ha tenido pacientes que se han puesto muy bien, e incluso han podido dejar la insulina, ¡y no quieren!, o sea, han dejado de ir a la consulta y ya han empezado otra vez a ponerse insulina. O sea, cosas como muy extrañas…

Entonces, realmente, “sí”, se le presta atención, claro que sí, pero como que ya se ha dado por bueno, que se regula, se pone insulina, y ya.

Entonces bien, la diabetes está bastante controlada, pero es algo que podemos todavía mejorar, nosotros-ustedes más, o sea, que al tratamiento, ya sea con pastillas, ya sea la diabetes juvenil, ya sea la diabetes del adulto, nosotros tenemos cosas que hacer, y sobre todo, ayudar a regular las cifras, para que sea estable…
Lo que si debemos tener claro es que es un estado de salud adaptativo "de por vida"
Una pérdida de peso mínima, incluso de 4 kg, con frecuencia mejora la hiperglucemia. En la prevención de la enfermedad, una pérdida similar reduce hasta en un 60% el riesgo.
Un tratamiento completo de la diabetes debe de incluir una alimentación sana  y ejercicio físico moderado y habitual. Igualmente conviene eliminar otros factores de riesgo cuando aparecen al mismo tiempo como la hipercolesterolemia.

La persona debe cuidar la cantidad de carbohidratos que come durante el día, adaptándola a las necesidades de su organismo y evitando los alimentos con índice glucémico alto. Lo que esto significa es que la persona no puede comer muchas comidas con contenido de harina blanca. Elegir panes y pastas hechas de harina integral es, no solo mucho más saludable, sino que también va a ayudar a la persona controlar mejor la insulina que el cuerpo produce.


El ejercicio es otra cosa muy importante en el tratamiento de la diabetes. Primero que todo, es importante porque en la mayoría de casos de diabetes, la persona debe bajar un poco de kilos y el ejercicio es muy importante en este estado adaptativo de salud. El ejercicio también afecta los niveles de insulina que produce el cuerpo.


Alimentación en la diabetes…
Una alimentación equilibrada consiste de 50 a 60% de carbohidratos, 10 a 15% de proteínas y 20 a 30% de grasas. Esto es válido para todas las personas y con ello es también la composición alimenticia recomendable para los diabéticos del tipo 2. Una dieta reductiva común consiste en la alimentación con una menor cantidad de calorías. La cantidad de calorías debe establecerse para cada persona. Ha dado buenos resultados que se fijen consumos calóricos totales semanales y no se esclavice a límites calóricos diarios. También ha dado buenos resultados la conducción de un registro diario de alimentación para mantener el control.-
La nutrición balanceada es un elemento indispensable para el tratamiento de la diabetes mellitus. Un buen régimen alimentario se caracteriza por ser individual. Para ello debemos tener en cuenta la edad, el sexo, el peso, la estatura, el grado de actividad, clima en que habita, el momento biológico que se vive... (por ejemplo una mujer en embarazo, un recién nacido, un niño en crecimiento, un adulto o un anciano), así como también la presencia de alteraciones en el nivel de colesterol, triglicéridos o hipertensión arterial.






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