Con la intención de que este platillo caliente haga de nuestra digestión y estómago un acto de armonía y alquimia interior, vamos con una crema de espinacas donde va a predominar el sabor picante, una recomendación para comer salud, el picante, en este caso de la pimienta negra. Va a ayudar también a calentar nuestro estómago para un proceso digestivo exquisito y a su vez, reinará el color verde esperanza que dará movimiento a nuestros sentidos…
Vamos a necesitar…
· ½ kilo de espinacas
· 2 cucharadas de aceite de oliva
· 3 dientes de ajo machacado
· 1 vaso de leche
· Sal y pimienta
Preparación:
Se limpian bien las espinacas, se lavan y se muelen en crudo en una licuadora con media taza de agua.
En una cacerola se ponen las cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Al calentar el aceite, de forma suave y lenta, se agrega el ajo machacado, se sofríe un poco con sus tres pizquitas de sal y luego se vierte el puré de espinacas y se sazona también con sus tres pizquitas de sal y 3 pizcas de pimienta negra y cocinamos a fuego suave.
Cuando esté cocido el puré después de unos 15 minutos, se agrega la leche solo para que se caliente y se fusione bien con el resto de los ingredientes, cuiden que no hierva…
Un ingrediente que cerrará con broche de oro…
Impulsaremos la energía amorosa esta vez con un elemento crocante… unos crotones de pan tostado, es decir, unos trocitos pequeños de pan que tostaremos al horno. Puede ser pan del día anterior que ha sobrado, lo cortamos en trocitos, lo espolvoreamos con un toque de sal y pimienta o alguna hierba aromática –como por ejemplo estragón- y los metemos al horno, solo para que tomen un tono dorado y se hagan crocantes… estos crotones los pondrán sobre la crema justo al momento de servir… para que crujan al morderlos…
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