21 mayo 2011

¿Cómo debemos preparar los transgénicos?


No queda más remedio, si tenemos que utilizar alimentos transgénicos, que procurar someterlos al máximo de calor posible y hacerlos con toda nuestra buena intención. La defensa que tenemos es hipercalentarlos, dividirlos o someterlos a presiones muy fuertes, para que los enlaces genéticos o tóxicos que tengan, se rompan.
A grandes temperaturas y tiempos de cocción prolongados, probablemente los enlaces patológicos que puedan alterarnos, se desnaturalicen. También perderán propiedades alimenticias, pero aunque pierdan, no nos van a dañar.
Tenemos además un canal energético que es el Triple Recalentador o San Jiao que se encarga del fuego del organismo. Su función es calentar y así quemar todo lo que pueda ser tóxico o perjudicial.
No es que todos los alimentos transgénicos sean malos, pero de entrada son un riesgo potencial por ser transgénicos, por haberse manipulado genéticamente. Según nos cuentan no hay riesgos, "SEGÚN NOS CUENTAN" pero según intuimos, como hay poco tiempo de experimentación, suponemos que pueden haber riesgos potenciales.
Esta propuesta sería actuar en el sentido que lo hace el organismo con los alimentos que pueden ser tóxicos, los quema e inmediatamente produce un movimiento peristáltico fuerte, generando vómitos o una diarrea… una descarga fuerte de bilis para solucionar el problema.
El organismo trata inmediatamente de expulsar el tóxico. ¿Y cómo lo hace?: a través de un calor intenso.


Nosotros tenemos que estar “pilas” y hacer lo mismo “antes”. Si nos llega un alimento que suponemos que es manipulado genéticamente o con químicos, lo debemos someter a un calentamiento muy activo.
¿Y las vitaminas se pierden con el calor?: algunas seguro que sí, pero “por lo menos” evitamos el factor riesgo.
Esa es la actitud que se nos ocurre ahora, por lo menos hasta que sepamos qué dan de sí los transgénicos, que ya se están vendiendo y los estamos consumiendo. Imaginamos que hasta dentro de diez o quince años no sabremos, porque estarán siguiendo una población y viendo cómo evolucionan, no nos dirán exactamente como van.
También es cierto que probablemente el daño que hagan los transgénicos no se vean de forma inmediata y necesitemos muchos años para comprobarlo, porque el organismo también va a reaccionar y va a tomar sus medidas. Pero no sabemos qué medidas va a adoptar el organismo y en qué medida va a adaptarse y a asimilar una cosa u otra.

Aquí seguimos, apostando por comer salud, apostando por la alquimia del alimento, por lo importante que es la intención a la hora de cocinar, la ofrenda y el bendecir los alimentos.


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