29 agosto 2011

Preparación de Leche y Aceite de coco...


Hay sin duda quien sepa todo sobre el coco. Yo me llevé la primera sorpresa cuando me puse a leer algo sobre esta fruta tan increible. Resulta que los cocos son los frutos secos más grandes e importantes que hay en la naturaleza. Son la semilla de una drupa, el fruto de la Cocos nucifera, una palmera de 30 metros de altura.

Son originarios de Asia tropical y en Europa se empezaron a conocer en la Edad Media cuando empezaron a contruirse las primeras rutas de comercio.
La palabra coco es portuguesa y significa “duende” o “mono”. Las marcas en el extremo, que corresponden al pedúnculo, pueden recordar a una cara.
Están compuestos por una capa gruesa y fibrosa, que es el fruto, dentro de la cual está la semilla propiamente dicha, encerrada en una cáscara leñosa. La carne y la leche son el alimento de la semilla, que contienen suficientes nutrientes y humedad para mantener el crecimiento de la planta durante más de un año.

Los frutos del cocotero brotan y maduran todo el año. Aproximadamente a los cuatro meses, la semilla se llena de líquido; a los cinco meses alcanza su tamaño definitivo y empieza a desarrollar una carne gelatinosa, a los siete, su cáscara empieza a endurecerse, y al año el fruto está maduro.
Los cocos inmaduros, de cinco a siete meses son los cocos más amables. Aportan un líquido dulce (pero solo con un 2% de azúcares) y una carne gelatinosa. El coco maduro tiene un agua menos dulce y abundante y la carne es firme y más blanca.

El coco aporta un sabor de fondo en muchas cocinas tropicales. La leche de coco, por ejemplo, aporta un líquido sabroso y nutritivo en el que cocinar todo tipo de alimentos, desde carnes y pescados a verduras y arroz.
El aroma del coco aporta toques dulces y ricos a la comida. Para tostar el coco, y que aporte más aroma, hay que hacerlo con el coco rallado, de esta forma conseguiremos el aroma que todos tenemos en mente.
Unos simples datos para finalizar. La carne del coco está compuesta por 45% de agua, 35% de grasa, 10% de hidratos de carbono y un 5% de proteína.

Vamos con unas recetas básicas que debemos saber preparar para comenzar a cocinar con leche y aceite de coco...






LECHE DE COCO:

Les explicaré la forma más sencilla de hacerlo. Pero también la manera tradicional, que es algo más laboriosa. Básicamente la leche de coco se obtiene exprimiendo la pulpa rallada del coco y añadiéndole agua. Aunque como todo tiene su truco.
Los ingredientes que hemos utilizado han sido, un coco (una vez limpio pesaba unos 400 gramos) y la misma cantidad de agua. Como utensilios, una tabla de cocina, un martillo, una batidora y poco más.
Lo primero es abrir el coco. Dando unos pocos y fuertes golpes conseguiremos agrietarlo, entonces el agua de su interior la podemos reservar. Para ello hay que poner el coco encima de un vaso y dejar que salga.

Después terminaremos de abrir el coco y separaremos la carne de la cascara de la semilla. Lo suyo, con esta carne sería rallarla o separarla con un cepillo de púas. Pero al hacerlo de esta manera podemos cortarla en trocitos pequeños.

Acto seguido metemos la carne de coco en un vaso para triturarlo con la batidora o picadora. Y poco a poco le vamos añadiendo el agua, batiendo. Veremos cómo se hace una masa algo espesa. Esto se debe a la mezcla del aceite del coco y el agua.
Dejamos reposar un rato y nos disponemos a filtrar la preparación. Con un chino (colador)  y una cuchara apretamos bien la carne rallada hasta que quede bien seca. De esta forma, hemos obtenido nuestra leche de coco, que nos servirá en infinidad de preparaciones.
Bien, ahora tenemos las diferencias con la forma tradicional, e incluso con las distintas “leches” que se pueden sacar del coco.

Podemos sacar dos leches. La llamada “primera leche” se obtiene rallando la carne de coco y utilizando una gasa, se exprime y el ese primer liquido que se obtiene es muy espeso y en algunos casos se obtiene bastante poco.

Llegamos entonces al segundo tipo de leche, “segunda leche” o leche clara. Se añade varias veces agua y se van exprimiendo con la gasa. En el sudeste asiático, son las mujeres las encargadas de elaborar la leche de coco y son tan expertas que lo hacen simplemente con las manos.

Una receta profesional nos puede pedir los dos tipos de leche, empezaremos usando la segunda leche y al finalizar el plato le daremos el toque de la primera leche con un hervido final.

Al dejar reposar la leche obtenida, veremos que se separa y se forma una capa más espesa, denominada “nata de coco”, en algunos casos se le llama crema de coco.

También podemos obtener leche de coco, de un coco rallado seco (pero no de un coco rallado y tostado), simplemente debemos añadir agua y dejar reposar 30 minutos a que se hidrate de nuevo.



ACEITE DE COCO
En los tiempos de antes las personas cortaban los cocos que ya estaban bien maduros por la mitad y los dejaban al sol para que el aceite fluyera. Luego los pasaban por una prensa para extraer todo el aceite posible.
El aceite de coco se extrae de la pulpa o la carne del fruto. Se prensa y se convierte en "copra", una sustancia que desecada da lugar al aceite de coco. No es fácil de preparar.

Vamos a extraer aceite de coco:

1. El coco debe ser de los que se llaman secos.
2. Retirar la cáscara dura al coco. Rallarlo.
3. Colocar la ralladura en una olla de fondo grueso, o mejor aun, si tienen o pueden conseguir, en una olla de barro.
4. Colocar la olla sobre fuego mediano y dejar ahi hasta que la ralladura este tostada.
5. El aceite comenzará a salir de la ralladura por si solo.
6. filtrarlo con una gasa para retirar todas las ralladuras o parte solida.
7. Envasar en un frasco de cristal preferentemente..

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