26 mayo 2011

La Receta de esta semana... desde Comer Salud Radio!!! Delicias de Sandía... y que tengan un buen día...


Las cáscaras de la sandía, esas que generalmente tiramos a la basura, pueden ser usadas nuevamente pero para hacer unas dulces y sabrosas recetas...






"Dulce de Sandía"...

Ingredientes:
  • Cascaras de sandía ( pela las cáscaras dejando solo la parte blanca de ellas)
  • Azúcar rubia
  • Canela en polvo

Preparación: ( Para el "dulce de sandía")...

Corta en pequeños trocitos las cáscaras ya peladas, no demasiado grandes.
En un recipiente para cocinar, coloca las cáscaras midiendo con una taza.
Por cada taza que pongas de cáscara agrega dos cucharadas soperas colmadas de azúcar rubia.
NADA DE AGUA!
Luego revuelve bien estos ingredientes y ponlos a fuego suave, revolviendo constantemente hasta comenzar su cocción.
Agrega la canela en polvo.
Cuando los trocitos esten cristalinos, mas transparentes y después de esto ves que ha hervido unos 3 min. Ya esta lista la preparacion.
Retira del fuego, deja entibiar y coloca en una fuente o en algún envase de vidrio con tapa. No digas que es hasta que lo prueben!

"Mermelada de Sandía"...

El mismo procedimiento anterior pero una taza de azúcar por dos de cáscara. ( 1X2)
Cocina a fuego suave, revolviendo constantemente.
Deja el preparado con consistencia de mermelada, esto es cuando la parte líquida de esta mezcla desaparece casi por completo, pero nunca todo, pues quedara dura y muy compacta cuando se enfríe.
Si deseas puedes rebajar azúcar para una próxima preparacion.
Agregar: nueces picadas, canela, clavo de olor, almendras picadas o enteras, lo que gustes siempre poca cantidad...
Colócala en un frasco para mermelada o en algún recipiente cerrado, si antes no desaparece... jeje!

Que aprovechen!!! Pruébenla y nos cuentan!

25 mayo 2011

Alimentación según la Medicina Tradicional China




ALIMENTACIÓN CELESTE: 
"La respiración"

Todos los seres en forma humana necesitan respirar y necesitan beber para poder seguir moviéndose en este plano de existencia. De esos dos elementos que yo necesito para poder seguirme moviendo, uno me viene dado. No tengo que hacer nada. ¡Respiro! ¡No tengo que hacer nada! Es automático. El otro ya lo tengo que buscar. El agua.

La respiración además de ser una alimentación automática y me la dan, no se ve, pero lo puedo oír. Y... se parece al viento. Tengo un equivalente sentible de ella: el viento. Luego ese viento equivalente a alimentación es Qi, energía... la misma que mueve los planetas... las galaxias... etc.


Tenemos una alimentación que nos viene dada, no tenemos que hacer nada para buscarla, y es la respiración. En su faceta más material podríamos decir que lo que nos nutre es el oxígeno, pero también en esa respiración van otras muchas cosas. Luego es una Fuerza, que hemos identificado con el “viento” que nos alimenta, y además sin que nosotros tengamos que hacer nada. Si una persona está escasos minutos sin respirar, se muere.

Me alimentan….puedo decir que el Universo me alimenta...

 ¿Quién es el Universo? … puedo decir que es infinito… pero pocas cosas más puedo decir. El caso es que me alimenta y yo no puedo hacer nada para cambiar eso. En cambio si puedo decir “como o no como”.

Por lo tanto vemos que la alimentación depende de forma fundamental del Universo y es una alimentación involuntaria (que es la respiración) y secundariamente, de mi voluntad, en la que puedo decirdir "como o no como" y además debo buscar la comida.
O sea, que hay una parte en mi existencia, -porque estamos hablando del ser... seguimos en el capítulo primero- del ser como existencia, ahora, -”ser” como equivalente a existencia- que depende de mí. Pero es una parte secundaria. Y una parte fundamental no depende de mí, depende del infinito.




ALIMENTACIÓN HUMANA 
"Los Sentimientos"

Está demostrado que el hombre es un ser que precisa de la interrelación con otros seres de su misma especie para nutrirse y desarrollarse adecuadamente. Hay desgraciadas experiencias en las que personas apartadas de todo contacto con el medio se deterioran rápidamente, pierden la cordura y llegan a morir.

Los sentimientos son una fuente de alimentación para todos los seres y es algo a tener siempre en cuenta a la hora de alimentar o dar de comer a alguien. El alimento se va a impregnar de la intención, el afecto, el deseo de servir de la persona que lo prepara y se convierte en una ofrenda hacia el que va dirigido.
Por eso nos gusta tanto la comida de nuestra madre, aunque sea la peor cocinera del mundo. Porque el afecto, el cuidado, el esmero que pone en lo que cocina, y su deseo de que nos agrade, nos llega en el alimento y lo que es más importante, nos nutre.

Es por lo tanto muy importante el conscientemente “intencionar” una actitud de servicio, de deseo de alimentar y de permitir la realización de el ser al que vamos a alimentar.




ALIMENTACIÓN TERRESTRE: 
"Los sabores. El sabor"

La variable más importante que ofrece la Medicina Tradicional China en el campo de la alimentación es el sabor.

El sabor es uno de los aspectos que mejor han contemplado los ideólogos chinos a la hora de alimentar una estructura, hasta el punto de que se piensa, con buen criterio, que si uno se alimenta sólo de sabor es capaz de alimentar la estructura.
El sabor nutre específicamente a la energía mental y –en consecuencia- a la energía espiritual, y permite la armonía de la estructura y de los diferentes órganos de nuestro cuerpo. Las proporciones que se agregan y la forma de manipular los alimentos condicionan un determinado sabor. Esos mecanismos del sabor del alimento son más importantes que el hecho de comer carne, huevos, pescado o verduras. Lo más importante es respetar el sabor del alimento y no alterarlo.

Es decir, ahí, -como ven-, no se tiene muy en cuenta el concepto de proteína, que hemos dicho antes, de hidratos de carbono, de grasas, sino que se tiene en cuenta el sabor del alimento: el dulce, el salado, el agrio, el ácido, amargo, insípido, dulce y picante. En realidad son siete los sabores que manejamos.

Esos siete sabores, lo ideal es que estén más o menos presentes en nuestra dieta de forma habitual, si bien es cierto que, a lo mejor no todos los días tenemos que tomar esos sabores, y que tengamos que usarlos, dependiendo de los productos alimenticios que se produzcan habitualmente en esa tierra.


24 mayo 2011

La Obesidad...

La obesidad es producto de un estilo de vida, preferentemente de los países ricos. En los países pobres, obesos se ven pocos. Lo cual indica una cosa muy simple, y es que, si comes mucho, engordas al menos un poco. En ensayos de gran población. Porque, efectivamente, hay personas también que comen poco pero les alimenta mucho y engordan. Y hay personas que comen mucho, y adelgazan pronto y no engordan. Pero esos son son minoría.

La obesidad es un fenómeno muy complejo. Pero, de entrada, sí sabemos que hay una relación –en la mayoría de los casos- entre aumento de ingesta, si no se gasta lo que se come, produce obesidad.

Eso lo vemos, por ejemplo, en los deportistas. Los deportistas comen bastante, y beben mucho para compensar la pérdida electrolítica y se mantienen en un peso bastante estable, cada uno con su talla y su constitución. Pero en cuanto dejan de gastar todo eso y siguen gastando más o menos igual, engordan.

El problema de la obesidad reside o radica, en principio, en que el hombre se hace sedentario, y almacena y acopia, acopia y almacena, conserva, preserva…

El origen real de la obesidad, se debería antropológicamente hablando, al sedentarismo. Cuando el hombre era nómada no podía acumular alimentos, debía comer lo que conseguía en el camino. Cuando se hace sedentario puede hacer almacenes, acumular, producir, empieza la agricultura y en definitiva produce más de lo que necesita y lo acumula. Y lo mismo hace su organismo, come más de lo que necesita y acumula: engorda.

Es un estilo de vida, no solamente por la cantidad que come, sino por la forma en que vive. Se mueve poco. Piensa mucho. Se obsesiona mucho. Está muy pendiente de los demás, demasiado pendiente de los demás. Viaja poco en la mente, y en el cuerpo y en todo. Está demasiado obsesionado. La obsesión bloquea nuestras energías y las sitúa en un espacio un poco limitante. Es decir, el psiquismo es uno de los factores que influyen decididamente en la obesidad. Pero el psiquismo en cualquiera de sus manifestaciones: miedo, obsesión, rabia, excesiva alegría… da igual qué manifestación sea.

No debemos olvidar la acción del siquismo sobre el hipotálamo. Son señales sensitivas y emocionales las que van a activar esa zona del cerebro que en definitiva pone en marcha toda la sucesión de secreciones hormonales de nuestro organismo. Y un desequilibrio emocional mantenido, puede acabar dando una alteración hormonal haciendo que el sujeto empiece a padecer un proceso de obesidad.

En consecuencia, toda persona que quiere bajar de peso, debería plantearse su sistema de vida. Y plantear su sistema de vida significa: plantearse sus rencores, planteares sus amores, sus victorias, sus derrotas, sus fracasos. Todo eso es producto de un sistema de competencia, de competitividad.

Abandonar la competitividad, abandonar la idea del fracaso, establecer la disciplina, desarrollar la obediencia, promover el servicio, exacerbar la sinceridad.

En la medida en que estas acciones –porque estamos hablando de acciones concretas- se dan, cambiamos de estilo de vida y, obviamente, cambia también nuestro cuerpo. Cambia la estructura de nuestro cuerpo, y busca la estructura que le corresponde: una estructura equilibrada. Ni delgado ni obeso. En su peso. En su beso.

Es curioso que la palabra “obeso” si le quitamos la “O” queda: un beso. Es como si nos quisiera decir que el problema de la obesidad, es un problema de amor. Que en la medida en que nuestro amor, nuestros amores, se hacen como deben ser somos un beso para la vida, somos un beso para los demás y no tiene sentido ser obeso.

Creemos que ese es el recurso real para adelgazar, eso es lo verdaderamente autentico. Que después queremos acompañarlo de la dieta: A, B; o C... bueno sí, puede tener su pequeño, pequeño valor. Que queremos hacer también acupuntura o tomar unas hierbas para adelgazar o... sí, también, pero todos esos elementos son circunstanciales y limitados.

En consecuencia, creemos que la obesidad obedece a un esquema cultural, a un estilo de vida, que si no se está dispuesto a modificar o a cambiar, estamos ante una situación irreversible.

A la hora de hablar de Obesidad también hay que hacer la salvedad de personas con enfermedades que desarrollan obesidad, como trastornos metabólicos. En estos casos habrá que corregir esos trastornos, y la obesidad desaparecerá.

Queremos hacer la salvedad en el caso de la Medicina Tradicional China y en especial de la acupuntura, que esta nos consta que modifica el estilo de sentir y de pensar, en el sentido de amplificarlo. Y en consecuencia, sí tenemos –si se elabora el tratamiento en ese sentido- en la Medicina Tradicional China, en la acupuntura, en la moxibustión y en el masaje, un recurso para ayudar a ese cambio de estilo de vida.

Y eso lo hemos comprobado clínicamente, no está en el terreno de la hipótesis está en el terreno de la comprobación. No siempre -eso también es cierto-, pero en los casos en los que hemos enfocado el tratamiento, a través de:
  • Shen: del siquismo.
  • Ling: de la espiritualidad.
  • Tao: a través del sentido de la vida del ser…..
En estos casos, en la medida en que hemos actuado en esa forma, hemos comprobado cómo esa angustia, esa ansiedad por la comida, esa preocupación por el peso...

Todos esos acontecimientos se han ido diluyendo, y la persona poco a poco, ha ido encontrando su peso ideal, el peso que le corresponde, el peso que necesita para realizar la función para la que ha sido creada. En consecuencia, queremos hacer esta pequeña salvedad, porque muchas veces también se puede hacer acupuntura, moxibustión, para quitar el apetito, pero no nos parece que ese sea el sentido autentico, a nivel de la respuesta que hemos dado, porque eso sería actuar igual que cualquier otro fármaco.

Nosotros nos planteamos que la obesidad es un asunto de amores, es un asunto de estilos de vida y entonces tenemos que actuar también acupunturalmente bajo ese aspecto.

Actitud a desarrollar ante las personas obesas:

Cuando reciban a las personas que acuden para que ustedes les ayuden a adelgazar –en consecuencia- tienen que plantearles, de entrada, la idea de que la obesidad no es un problema simplemente de comer mucho. Probablemente ya hayan hecho todo tipo de regímenes (de 1500 calorías, de 2000 calorías), etc.

En el sentido digestivo lo primero es que yo adopte otra actitud con el alimento, que mi actitud con el alimento sea la consciencia de que es un privilegio el poder comer. Que ese privilegio, si me ha tocado ahora, vivirlo en esta dimensión, en este tiempo, tengo que ingerirlo con mesura, con cuidado... Y que cuando como ansiosa y vorazmente, va a ayudar a que yo esté obeso, pero que no me preocupe si estoy gordo o no, lo que me debe preocupar es la ansiedad con la que como, con la que ingiero comida u otras cosas.

En la medida en que nosotros quitamos el carácter de enfermedad a la obesidad, y lo consideramos como un acontecimiento social, cultural, filosófico... En esa medida, la persona va a poder cambiar, de entrada, simplemente con la charla, su actitud ante la comida. Y a lo mejor come menos, y a lo mejor cambia su alimentación... pero sí ya tiene incorporada la idea de que él no es un enfermo; él es producto de una actitud social y cultural, que come todo, que aprovecha todo, que lo quiere todo.
Es una forma de poseer. Una forma de incorporar todo para mí. Y que a veces es comiendo mucho, y otras veces es no comiendo mucho; es con la idea de que sabe que tiene que competir, que ganar, que guardar, que acumular, que asegurar... Toda esa idea va a hacer que se transfigure el cuerpo y vaya cogiendo otras estructuras.

Entonces, dos cosas muy importantes:

Primero: quitarles ese sentimiento de culpa... “de que son ellos los culpables de eso”. Estamos hablando de las obesidades moderadas, las obesidades llamadas “mórbidas” de 200 o 300 Kilos, ya son una enfermedad compleja que merece otras consideraciones aparte.

Segundo: Hacerles ver que probablemente no sea ninguna enfermedad. Ahora sí, probablemente, para no entrar en discusión, que seguramente es un acontecimiento social, cultural, debido al desequilibrio tan enorme que hay de la utilización de recursos; y que la dieta no tiene ningún valor, lo importante es recuperar el sentido de privilegio –si es que estás en un sitio que puedes comer- de poder seleccionar, de poder elegir la cantidad.

Entonces, tu eliges aquello que realmente necesites. Recuperar la voluntad de la cordura, y ser solidarios con aquellos que van a morir ese día –cada segundo- de hambre, porque no tienen..., no hay... recursos.
Como una primera aproximación, así situamos el problema adecuadamente.
Segunda aproximación: Está la idea... -que no hay que cambiar por el momento, porque algo de cierto hay- y es que “cuanto más coma, más engordo”. Entonces, viene la cosa de “la dieta”: ¿qué debo comer? ¿Qué no debo comer?
Por lo menos que supriman una de las comidas –que haga al día- . Si hace 3 comidas, que quite una; si hace 2, que quite una; si hace 4, que quite una... Si hace una comida, pues que ayune una vez ó dos a la semana.

Ya saben que la mejor dieta es “la no dieta”, la mejor dieta es el Ayuno. No hay otra dieta mejor que esa. Entonces, empiecen por reducir esas cantidades, de esa manera, muy simple, para que no sea una obsesión en la vida de la persona ¡quítenle la obsesión del régimen y de las comidas!
Tenemos que saber conjugar en nuestra cultura qué elementos son los que realmente participan en una obesidad, y evidentemente, saber que esa obesidad nos puede –al menos- impedir ciertas cosas, o incomodarnos en ciertas cosas. Y tenemos que hacer algo para que eso no se desarrolle.

Hacerle ver que no estamos ante una enfermedad. Estamos ante un estilo de vivir que genera una estructura y una... transfiguración, una metamorfosis, que no hace posible que las condiciones generales de la persona se desarrollen con toda la normalidad. Si le quitamos ese drama, probablemente la persona, solo con esa educación, empiece a perder peso.

Otra cosa importante a tener en cuenta es que habitualmente hay una desproporción entre la cantidad de ejercicio –movimiento- y la cantidad de ingesta. Es decir, lo lógico es que –con el tiempo- si yo me muevo menos, coma menos. Y lo que ocurre no es así, sigo comiendo lo mismo, pero me muevo menos... luego, favorezco que aparezca la obesidad.

Entonces, a la idea de comer despacio y sin ansiedad, a la idea de comer un poco menos -porque hago menos ejercicio- habría que añadirle la idea de incrementar el ejercicio: Comer sin ansiedad. Comer menos. Hacer más ejercicio.

Alimentación en occidente: "Vivir para comer o comer para vivir"





En occidente la alimentación ha pasado de ser una necesidad a considerarse un placer. En una sociedad de productividad y consumo, el alimento se ha convertido en una fuente de beneficios. De esta forma hemos desarrollado un estilo de vida en el que se consumen muchos más alimentos de los que realmente se necesitan.


La oferta es incesante y se ha pasado de comer para vivir a vivir para comer. Hasta no hace muchos años las dietas de las diferentes poblaciones eran realmente escuetas. Es decir el menú podía repetirse durante toda la semana igual. Y en ciertas partes del planeta sigue siendo así: frijoles con arroz y algo de carne todos los días. ¿Se imaginan repetir garbanzos durante toda una semana ahora en una casa media de una ciudad media de Europa, por ejemplo? Pero este cambio se ha producido en 50 años.






La voracidad del consumo y la oferta nos hace estar permanentemente cambiando y deseando sabores distintos, olores diferentes. De tal forma que comer se ha convertido en un placer más que en una necesidad. Por otro lado la manipulación de la producción de alimentos hace que podamos conseguir cualquier tipo de alimento, en cualquier estación, sea o no sea característico del país en el que estamos. Los alimentos originariamente surgen en una parte del planeta en base a unas características ambientales. Se supone que los seres que habitan esa tierra, justamente es lo que necesitan para mantenerse nutridos. Pero precisamente, el placer y la capacidad para producir cualquier tipo de alimento, hace que en la actualidad podamos comer cualquier tipo de alimento de cualquier parte.


El alimento nos sirve para sintonizarnos con la tierra, si comemos cosas que no son propias de ella, perdemos esa posibilidad de sintonía y nuestro organismo tiene que hacer un esfuerzo suplementario para asimilarlas. Además ese estilo de vida de producción y competición ha hecho aparecer un fenómeno curioso. A la vez que se impone el placer a la necesidad, también la esclavitud del tiempo hace que se haya desarrollado una forma de alimentación “rápida”. Es como satisfacer el deseo lo más rápidamente posible, con el menor consumo posible y de la manera más cómoda posible. Así surge la comida rápida.


Nos situamos así en una sociedad de consumo, de placer, de productividad que implica un sedentarismo y una escasez de tiempo porque todo tiene que ir rápido y se tiene que producir el máximo en el mínimo tiempo y una búsqueda de lo fácil y lo cómodo, lo que finalmente va a producir antes o después el famoso estrés.




En este panorama de estilo de vida, no es de extrañar que aparezca una situación, por no llamarle “enfermedad” que se está convirtiendo en una pandemia del mundo en el siglo XXI: la OBESIDAD...

21 mayo 2011

"LA SED" por J.L.Padilla


"Dios es como la sed.
Cuando se siente una vez nunca se olvida.
Sólo se sacia con Él mismo,
…así como la sed sólo se calma con el agua.
El que tiene Sed Divina recibe gotas del Eterno para calmar su sed.
Y así se ve recompuesto; así se siente reconfortado.
Así se toma consciencia de toda la sed que se tiene"

Y nuestro asesor y Maestro J.L.Padilla nos cuenta que la sed también puede provenir de otras instancias.
Porque… un corazón sincero… es como un agua cristalina que calma la sed.
Un corazón confuso, convulso, inquieto, descortés, opaco, con interés… un corazón que no escucha y tantos más, son agua turbia que se estanca, ¡agua que no calma la sed, que contamina y que no hace fructífero  el campo!
La mente, qué cerca está de "la miente", tan cerca que puede escuchar cada cual lo que quiera, y decir, igualmente, lo que más interese.
Por esto y más nuestro asesor nos pide que hagamos un ejercicio del corazón en su escucha y en su palabra, ¡sin excluir la inteligencia de la mente!, guardando la fidelidad a lo que realmente haya acontecido, no expresar ningún sonido hasta que el otro no entre en silencio, y si hay alguna duda que aguarde nuestro interlocutor.
El talante interpretativo, con tantos prejuicios, puede ser bestial, y todo ello adornado de la llamada "buena fe", ¿verdad?.
Hagamos un esfuerzo por no mentir, por pensamiento, palabra, obra u omisión.
Fíjense, es sin duda una intención noble el buscar alguna medida para que aquilatemos lo que decimos y que las personas sientan -para eso está el lenguaje- lo que tú has pensado o has sentido, a través de la palabra, y no que piensen y sientan otra cosa distinta, bien sea por los propios prejuicios, o  por las propias palabras.
Sugerimos entonces para calmar la sed que siente nuestro espíritu, el ponernos en la disposición de hacernos entender,  hacer lo posible por abrir la mente y escuchar realmente el tono de nuestro corazón, que tiene que estar acompasado inevitablemente por un verbo de Amor, ¡porque éste emana del corazón! No tratemos de engañarnos a nosotros mismos o engañar al otro diciendo palabras groseras, por ejemplo, amparándonos en que “la intención no era esa, o que fue subconsciente, o inconsciente” y cada cual se ampara en una cosa u otra como mecanismo para cambiar la realidad según nuestro gusto, nuestro deseo, nuestra necesidad o nuestro interés. Claro, si todo el mundo juega a lo mismo, no se nota mucho, o bien se declara permanentemente la guerra; pero si hay alguien que no juega a lo mismo, y no está por la guerra y sí por la evolución espiritual, pues entonces, no pasa.
Hagamos un esfuerzo, con el pensamiento, con la palabra, con la obra y con la omisión para calmar nuestra sed en nuestra alma y en nuestro espíritu y así inevitablemente calmaremos nuestra sed física.

¡Dadme de beber... La Vida!, que estoy rodeado de cadáveres.
¡Dadme de beber... un poco de serenidad!, que estoy rodeado de tensiones.
¡Dadme de beber...! que estoy sediento de pasiones;
y estoy rodeado... de opresiones.

¡Dadme de beber! –dice la humanidad sedienta... de ilusiones-,
que estoy lleno de... concretizaciones.
¡Dadme de beber... alguna verdad!,
que mi pozo está seco; y está lleno de arenas de mentira.

¡Grita el sediento... su sed en el desierto... su sed en la ciudad!
La misma sed que reclama un poco de amor... sin ansiedad.
¡Sed de un... instante sin dolor! ¿Cómo será?

En el ejercicio de la Fe en Lo Divino... y en la convicción de que... somos vehículos calmadores de sed, está la posibilidad de que nadie sufra por la sed de una necesidad... de vivir...
de sentir...
de aspirar...
de crecer...

Palabras orantes de nuestro asesor y Maestro J.L. Padilla.
Gracias... ámen.


¿Cómo debemos preparar los transgénicos?


No queda más remedio, si tenemos que utilizar alimentos transgénicos, que procurar someterlos al máximo de calor posible y hacerlos con toda nuestra buena intención. La defensa que tenemos es hipercalentarlos, dividirlos o someterlos a presiones muy fuertes, para que los enlaces genéticos o tóxicos que tengan, se rompan.
A grandes temperaturas y tiempos de cocción prolongados, probablemente los enlaces patológicos que puedan alterarnos, se desnaturalicen. También perderán propiedades alimenticias, pero aunque pierdan, no nos van a dañar.
Tenemos además un canal energético que es el Triple Recalentador o San Jiao que se encarga del fuego del organismo. Su función es calentar y así quemar todo lo que pueda ser tóxico o perjudicial.
No es que todos los alimentos transgénicos sean malos, pero de entrada son un riesgo potencial por ser transgénicos, por haberse manipulado genéticamente. Según nos cuentan no hay riesgos, "SEGÚN NOS CUENTAN" pero según intuimos, como hay poco tiempo de experimentación, suponemos que pueden haber riesgos potenciales.
Esta propuesta sería actuar en el sentido que lo hace el organismo con los alimentos que pueden ser tóxicos, los quema e inmediatamente produce un movimiento peristáltico fuerte, generando vómitos o una diarrea… una descarga fuerte de bilis para solucionar el problema.
El organismo trata inmediatamente de expulsar el tóxico. ¿Y cómo lo hace?: a través de un calor intenso.


Nosotros tenemos que estar “pilas” y hacer lo mismo “antes”. Si nos llega un alimento que suponemos que es manipulado genéticamente o con químicos, lo debemos someter a un calentamiento muy activo.
¿Y las vitaminas se pierden con el calor?: algunas seguro que sí, pero “por lo menos” evitamos el factor riesgo.
Esa es la actitud que se nos ocurre ahora, por lo menos hasta que sepamos qué dan de sí los transgénicos, que ya se están vendiendo y los estamos consumiendo. Imaginamos que hasta dentro de diez o quince años no sabremos, porque estarán siguiendo una población y viendo cómo evolucionan, no nos dirán exactamente como van.
También es cierto que probablemente el daño que hagan los transgénicos no se vean de forma inmediata y necesitemos muchos años para comprobarlo, porque el organismo también va a reaccionar y va a tomar sus medidas. Pero no sabemos qué medidas va a adoptar el organismo y en qué medida va a adaptarse y a asimilar una cosa u otra.

Aquí seguimos, apostando por comer salud, apostando por la alquimia del alimento, por lo importante que es la intención a la hora de cocinar, la ofrenda y el bendecir los alimentos.


13 mayo 2011

Una delicia manchega... "Sopa de Ajos"


Hoy vamos a disfrutar de un manjar muy consumido en España, sobre todo en las tierras de Castilla, donde se encuentra Tian… especial para esta estación de otoño en la que estamos aquí en el hemisferio sur,  por su ingrediente principal, el ajo, que es puro metal por su sabor y su color, tonificando al pulmón…




También tenemos al centro, a la tierra por otro ingrediente que lleva que es el pan, lleva agua y sal, como elementos que nos hacen recordar nuestro origen, de dónde venimos, tonificando nuestros riñones… calientita y rojita como el fuego la sentiremos y saborearemos por su temperatura y sus especias… páprika o pimentón dulce y un toque de picante… en fin… una deliciosa sopa, que encierra en ella todo lo que podríamos necesitar… comer salud… vamos a comer hoy...



 SOPA DE AJOS

Vamos con los Ingredientes:

·        Ajos (calculando 3 dientes de ajo por persona aprox.)
·        Aceite de oliva
·        Pimentón dulce y picante al gusto, también se le conoce como páprika.
·        Sal
·        Pan (una rebanada por persona aprox.)
·        Y de ingredientes opcionales: Huevos y jamón o chorizo rojo.
·        Agua
Preparación:
Van a preparar el pan cortado en rebanadas bien finas, - si es pan que ha sobrado del día anterior mejor, para que este más firme-
En la cacerola echan el aceite y frían los ajos a fuego bajito. Los ajos se fríen al gusto, enteros o cortaditos. Deben cuidar que no se quemen, cuando estén empezando a dorarse, se echa el pan para freírlo también con el aceite. Cuando ya va estando tostadito el pan, se añade la sal y los pimentones dulce y picante al gusto, -puede ser una cucharadita de cada uno-,  se mezcla bien, sin que se queme y rápidamente se añade el agua, -puede ser un tazón de agua por persona-
Cuando rompe a hervir, se deja un minuto, luego se apaga y se tapa.
Nota:
1. Si no se quiere dejar el ajo en la sopa, se sacan los ajos fritos antes de añadir a freír el pan.
2. Si se quiere, cuando se ha añadido el agua, al estar a punto de hervir,  se pueden añadir huevos,  bien enteros para que se escalfen o bien ligeramente batidos.
3. Si se quiere, se puede hacer la variante de “sopa castellana” que consiste en, antes de freír el pan, añadir al aceite un poco de jamón, o chorizo, o tocino picado al gusto.

BUEN PROVECHO!!!